Estos derechos reivindican importantes principios, como la dignidad, la equidad, el respeto y la igualdad. Establecen normas para vivir y trabajar en Europa hoy en día.
Los derechos fundamentales conforman el corazón del proyecto europeo. La UE los consagró en su Carta de los Derechos Fundamentales. La FRA se estableció para protegerlos y promoverlos.
A pesar de este legado, la aplicación de los derechos fundamentales se enfrenta a numerosos desafíos. La FRA recoge y analiza datos para comprender y abordar estas cuestiones.
Trabajamos codo con codo con las instituciones de la UE, los Estados miembros y la sociedad civil. Juntos, ayudamos a hacer realidad los derechos fundamentales para todas las personas que viven en la UE.
La Carta de los Derechos Fundamentales es el catálogo de derechos humanos de la Unión Europea. Sus 50 artículos reúnen los derechos y las libertades que amparan a todas las personas en la UE.
Las disposiciones generales de la Carta establecen detalladamente su interpretación y aplicación. Los Estados miembros están obligados a respetar y atenerse a la Carta al actuar en el marco del Derecho de la UE.
La Convención Europea redactó la Carta en 1999 y el Parlamento Europeo la proclamó un año después. La Carta adquirió pleno efecto jurídico con el Tratado de Lisboa el 1 de diciembre de 2009.
La Carta de los Derechos Fundamentales obliga a los Estados miembros «únicamente cuando apliquen el Derecho de la Unión». Sin embargo, el Derecho de la Unión a menudo se aplica a nivel nacional. Afecta a partes significativas de la legislación y las políticas de los Estados miembros.
Esto hace que los jueces, los políticos, los funcionarios públicos y los profesionales del Derecho sean los principales agentes de la Carta. Han de aplicarla siempre que trabajen en el ámbito del Derecho de la UE.
La aplicación de la Carta es fundamental para la correcta aplicación del Derecho de la UE. El manual de la FRA Aplicación de la Carta de los Derechos Fundamentales ofrece orientación al respecto.