Si bien en todos los Estados miembros de la Unión existen trabas a su actuación, su naturaleza y magnitud varían de un país a otro. Se trata de cambios desfavorables en la legislación o mala aplicación de las leyes; obstáculos para acceder a recursos financieros y para garantizar su supervivencia; dificultades para acceder a los responsables políticos y para influir en sus decisiones, y atentados y acosos sufridos por los defensores de los derechos humanos, incluido un discurso negativo dirigido a deslegitimizar y estigmatizar las OSC.
El informe completo de la FRA analiza los distintos tipos y patrones que presentan los obstáculos a los que se enfrentan las organizaciones de la sociedad civil en toda la UE, y destaca prácticas prometedoras que pueden contrarrestar estas preocupantes tendencias.
